Recordemos que l@s niñ@s de menos de cinco años son bastante propensos a resfriarse
Ha llegado el momento. Todos los años la misma historia por estas fechas: el resfriado. No es que sea algo muy peligroso, pero en todo caso, miremos de evitarselo a nuestr@s peques.
Antes que nada, debemos dejar claro que el frío como tal no es el problema. La movida es todo aquello que hacemos, o que no hacemos, que hace que llegue el resfriado, como los grandes cambios de temperatura o exponerse a la lluvia.
¿Qué podemos hacer para no ponernos malit@s?
Lo típico: abrigarse bien Parece fácil pero no lo es tanto. Muchas veces salimos a la calle muy temprano y tendemos a sobreabrigar a l@s nenes. Es cierto que hay que abrigarse pero tampoco nos pasemos, porque su temperatura corporal no podrá regularse con el ambiente exterior y, además, ciertas telas no permiten una adecuada transpiración.
Dieta variada Y cuando decimos variada, quiere decir comer de todo lo que sea sano. Muchas veces, la falta de vitaminas, especialmente A y B, provoca la bajada de las defensas y, por tanto, la posibilidad de enfermar más fácilmente.
Además, es recomendable consumir alimentos con lisina y el hierro, sustancias que podemos encontrar en la carne, los huevos y las legumbres
¡Y atención! Si tienes un bebé, la lactancia materna refuerza su sistema inmunológico y lo protege de posibles virus.
Ventilar los espacios y potenciar la higiene Es recomendable abrir las ventanas y puertas diez minutos al día, para dificultar la propagación de los virus. También evitaremos excedernos con la calefacción y fumar en espacios cerrados y cerca de l@s niñ@s.
Así mismo, es muy importante evitar el contacto de los niños con personas enfermas, ya que pasarlo es facilísimo. Del mismo modo, nos lavaremos las manos con frecuencia, especialmente si hemos estado en contacto con objetos de otras personas.