Regular las luces y respetar una rutina de sueño puede ayudar a que nuestr@ peque duerma mejor.
¿El peque de tu amiga duerme del tirón y tu no pegas ojo en toda la noche? Tranquila, es muy normal, especialmente el primer año de vida del/a bebé y, además, ¡no tod@s los niñ@s son iguales! Aunque no hay ninguna formula exacta para que eso cambie, puedes intentar algunas cosillas.
Regular la luz
Al principio, el/la peque no distinguirá entre el día y la noche, por lo que será necesario regular la luz que entra en la habitación donde descanse para marcar bien la diferencia y se acostumbre a dormir por la noche. Es muy importante que el/la bebé duerma en habitaciones oscuras, o con luces tenues, para que su cerebro pueda conciliar el sueño.
De la misma forma, procuraremos utilizar cortinas o bajar un poquito las persianas para que la luz de la mañana no entre en la habitación de golpe, porque sino, nos activará al nen@ y venga madrugón…
Sin embargo, las siestas debe hacerlas en habitaciones más iluminadas, para marcar bien esa diferencia noche-día. A medida que crezca, las siestas del/a peque se reducirán.
Aprender a dormir
Durante los primeros meses, es recomendable dormir con el/la peque para que se note acompañad@ y se refuerce el vínculo, aunque algunos pediatras opinan que es mejor dejarl@ en la cuna cuando empiece a dar muestras de sueño para que aprenda a relajarse sol@. Sea cual sea nuestra opción, a medida que pasen los meses, deberemos ir reduciendo poco a poco la presencia de los papis en la habitación para se acostumbre.
Probablemente, el/la peque se despierte en medio de la noche. No nos alarmemos, es de lo más normal. Además, tengamos en cuenta que muchas veces l@s bebés no están despiertos aunque creamos que sí, porque harán ruidos mientras duermen.
En el caso de que sí se haya despertado, podemos intentar acompañar a nuestr@ bebé, acariciándole la espalda hasta que se relaje.
¡Al agua, patos!
Una forma eficaz de ayudar a que se relaje, es darle un baño antes de dormir. Esto bajará la temperatura del cuerpo del nen@ y lo ayudará a descansar.
En este punto, es esencial establecer una buena rutina de sueño y seguirla todas las noches, por lo que intentaremos darle la cena, el baño y, si nos funciona, contarle un cuento o cantarle una nana, a la misma hora antes de dormir.
A partir de los 4 meses…
El peque se irá acostumbrando a sus rutinas del sueño que le hemos ido marcando, pero es posible que entre los cuatro y los seis meses, los cambios que irá experimentando le hagan volver a despertarse con frecuencia sin motivo aparente.
Si llegase esta situación, deberemos repetir los pasos que hemos puesto en práctica, y respetar las rutinas de sueño a rajatabla, como un ritual. Si no consiguiéramos que el peque se duerma, será aconsejable consultar a su pediatra.
En todo caso, debemos tener en cuenta que no todos los niños tienen la misma facilidad para dormir y los mismos métodos que se utilizan con uno pueden no ser del todo eficaces con otro. Raramente, no poder conciliar el sueño implica un problema mayor que el de establecer unas rutinas adecuadas a las necesidades nuestro bebé.
